Casimiro (fan número uno de Silvy Artística) lleva una vida normal con su familia. Vive en un piso muy acogedor, cerca del centro de la ciudad y del trabajo. Su mujer tiene una pequeña tienda de antigüedades y sus dos hijos son futuros genios. Y vamos, sus amigos son de lo mejor que hay. Pero Casimiro tiene muy mala leche... ¡y es que no para de quejarse!: que si no le ascienden, que si la derecha esto, que si la izquierda lo otro, que si tiene dolores constantes...
Aún así, Casimiro se ve como un ser con ningún defecto, un ciudadano ejemplar, un padre modelo, una persona de matrícula.
La siguiente escena retrata una de las partes más importantes del día para él, la 'casi-vuelta' a casa.
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Me acabo de dar cuenta de que he escrito 'país' sin tilde. Disculpen las molestias.
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